Nuestra asociación ha ofrecido un año más nuestra escuela de verano. Como ya va siendo habitual, este nos hemos mejorado; eso sí, un poquito más que de costumbre (nuestra abuela bien, gracias😂😂).
Para empezar, contamos con nuestra nueva psicóloga, Vero, que ha resultado ser estupenda. Ha venido con ideas frescas y ha revolucionado nuestra asociación para mejorarla. Tampoco ha fallado nuestra musicoterapeuta, Jeni, que comenzó de voluntaria en la escuela de verano del año pasado y, desde octubre, forma parte de nuestra plantilla.
Los niños lo han pasado genial: han ido a la piscina, cocinado, hecho manualidades, talleres de habilidades sociales, han jugado dentro y fuera de nuestra sede (más fuera que dentro), lo han pasado en grande en el silo con el taller de musicoterapia en el que disfrutaron de una buena dosis de percusión, han hecho piragüismo en la albuera, montado a caballo y escalado. Esto último nos reportó una buena sorpresa al ver con qué agilidad ascendía nuestro Carlos. Está claro que este muchacho va para alpinista, no hay más que verlo.
En la piscina también pudimos ser testigos de muchos logros, el mayor de ellos protagonizado por Samuel, que fue capaz de vencer sus miedos y entrar en la piscina olímpica sin usar la escalera. Este cualquier día se nos apunta a unas olimpiadas, cuidadito con los deportistas que tenemos por aquí. 😉
Y por último pero no menos importante, agradecer a nuestras voluntarias y voluntarios porque, sin ell@s, nuestra escuela de verano NamasTEA no hubiera sido posible. Muchas gracias a tod@s y ojalá podamos seguir contando con vosotr@s. 😘
